jueves, 16 de enero de 2014

PARTE 1 EL DIOS DE LA GUERRA

Inicios


 
La infancia de Kratos es explicada durante el desarrollo del primer juego. Es maltratado como solía hacerse a los niños altos y fuertes en la antigua Grecia. A su hermano, al tener una marca que el oráculo predijo la portaría el que causara la perdición del Olimpo, lo secuestra Ares y lo lleva al reino de la muerte.
Luego de recibir entrenamiento, Kratos, ya casado y con una hija, Calíope, se convierte en un gran general del ejército espartano, a pesar de las advertencias de su esposa, el guerrero prometió no detenerse hasta que la gloria de Esparta estuviera en lo más alto. Las tácticas de sus ejércitos eran brutales, pero muy efectivas. Pero un día, un enfrentamiento contra el batallón de bárbaros dio un resultado adverso para su armada. Con su ejército destruido y apunto de ser asesinado por el líder bárbaro, Kratos pide la ayuda de Ares, el Dios de la Guerra, ofreciéndole su vida a cambio. El Dios desciende de los cielos y acaba con todos los enemigos, luego entrega a Kratos las Espadas del Caos, que son adheridas a sus brazos por cadenas.
El guerrero espartano sucumbe totalmente al poder de Ares, quien le exige ciertas tareas de destrucción y conquista. Las tácticas del ejército de Kratos eran aún más brutales que antes, asesinando sangrientamente a cualquiera que opusiera alguna mínima resistencia. En una de sus misiones, Kratos debía quemar una aldea que se oponía a la armada de Esparta. En su afán de sangre y gloria, Kratos quiso ingresar al templo de la aldea, el oráculo del pequeño pueblo le advierte que no tenía que entrar a aquel santuario, el guerrero la hace a un lado e ingresa, asesinando con sus espadas a todos los presentes. Cuando lanzó por última vez sus espadas hacia sus víctimas, entendió que había asesinado a su esposa e hija. Kratos queda devastado y como castigo por tal acción y su brutalidad, Kratos tendría pegadas sobre su piel, las cenizas de su esposa e hija por la eternidad; aunque Ares le explica que hizo eso para convertirlo en el guerrero perfecto, aun así, el guerrero espartano renunció a seguir siendo el súbdito del dios de la guerra.

Nunca, nunca más

Al querer romper el pacto de sangre con Ares, las furias, encargadas de castigar a los que cometieran dicha acción, comenzaron a hacerle ver visiones a Kratos. Orkos, hijo de las furias, traiciona a sus madres y a su padre, Ares, al descubrir que planeaban destronar a Zeus del mandato del Olimpo, por lo que avisa al espartano el hechizo que sufría y que debía alcanzar el Oráculo de Delfos para conocer la verdad. A pesar de los intentos de Pólux para que el oráculo muriera y no pudiera ver a Kratos, el guerrero logra descubrir su propósito antes que el oráculo falleciera. Éste le avisa que solo encontrando los ojos de la verdad podía romper el encanto de las furias.
Luego de alcanzar dicho elemento, las furias descubren a Orkos, quien ayudaba a Kratos e intentaba avisarle de la presencia de sus madres, y toman como prisionero al espartano, quien más adelante rompería las cadenas, logrando escapar. Las furias le ofrecen vivir en una ilusión en la que su hija y esposa estarían vivas junto con él, pero Kratos prefiere vivir la verdad y combate y asesina a las hermanas. Al regresar a su casa en Esparta, Orkos le avisa que no se liberó del pacto con Ares, ya que las furias lo habían convertido a él guardián de los pactos de sangre, por lo que le pide a Kratos de asesinarlo. A pesar de oponer resistencia, entiende que es lo mejor y le da al hijo de las furias una muerte honorable, como había pedido.
Sin embargo, al romperse el lazo con el dios de la guerra, las visiones sobre su pasado, sobre los asesinatos a inocentes y a su familia y sobre sus brutales técnicas en el campo de batalla se volvieron algo cotidiano. Decidió quemar su casa y dejar Esparta para redimirse por su pasado, sirviendo a los dioses en busca de que éstos eliminaran las visiones que lo atormentaban.

Las tareas de los Dioses

Kratos, siguiendo la palabra de los Dioses, realiza todo tipo de tareas. Entre ellas se destacan la de detener a Morfeo de sucumbir el mundo en oscuridad o de combatir a los persas en Ática.[1] [2]

El ascenso al Olimpo

El primer videojuego de la saga comienza con el guerrero en un barco luchando contra la Hidra, por encargo del Dios de los mares Poseidón. Previo a llegar a Esparta, Kratos sale a la cubierta en plena lluvia y le reprocha a Atenea que luego de diez años de servicio, los Dioses no habían cumplido lo prometido. La Diosa le dice que aún faltaba una última misión, Ares estaba destruyendo Atenas por lo que la Diosa de dicha ciudad le pide a Kratos que detenga al Dios de la Guerra en su paso de destrucción ya que Zeus decretó que los Dioses no podían luchar entre ellos.
Kratos llega a Atenas luego de combatir con un gran número de soldados no muertos, medusas y minotauros, entre otros seres mitológicos. Luego de salvar al oráculo de Atenas de la muerte, Atenea le revela a Kratos que la única forma de que él pudiese asesinar a Ares era consiguiendo la Caja de Pandora que se encontraba en el Templo de Pandora, encadenado a la espalda del Titán Cronos en un inmenso desierto. El semidiós supera el desierto e ingresa en el templo, repleto de laberintos y enemigos. Finalmente consigue la Caja, pero es asesinado por Ares (quien al enterarse que el espartano había cumplido su misión, lanza una gran estaca de madera que le atraviesa el cuerpo). A pesar de ello, vuelve desde el Inframundo, llega donde estaba el Dios de la Guerra y mientras este hacía notar su victoria a Zeus, aprovecha para quitarle la Caja y abrirla. Al realizar esto, Kratos crece considerablemente y combate a Ares, a quien finalmente asesina. Pero luego de su gran tarea, Atenea le admite que ningún héroe, guerrero o incluso Dios podía olvidar lo que él había hecho. Totalmente desanimado, Kratos se lanza de la montaña más alta de toda Grecia con el fin de suicidarse, pero al caer al abismo no muere, sino que se levanta hasta el lugar donde se lanzó, allí Atenea le explica que si bien Ares está muerto, el puesto de Dios de la Guerra quedó vacante por lo que le ofrece un puesto entre los Dioses, como el nuevo Dios de la Guerra, Kratos acepta convirtiéndose en un miembro del Olimpo.

El asesino de Dioses

Tras los acontecimientos del primer God of War, Kratos está al frente de su ejército espartano con el objetivo de conquistar Grecia. Si bien lucha junto a sus guerreros, es atacado por un número de criaturas dirigidas por el gigante Argos, que es enviado por Hera para detener la guerra que Kratos está llevando a cabo. Sin embargo, antes de que Kratos pueda derrotar a la bestia, Argos es asesinado por un desconocido, en un esfuerzo para destruir la reputación del anti-héroe ante los Dioses del Olimpo. Kratos lo persigue a través de Grecia con el fin de descubrir la identidad del líder del asesino, que está tratando de poner a los Dioses en su contra. Sin embargo, el hijo de HermesCérix, es enviado a entregar un mensaje a Kratos de parte de Zeus, que está cada vez más preocupado con la cantidad de destrucción que deja atrás Kratos. Cérix ordena detenerse a Kratos, pero el Dios de la Guerra se niega e inicia una gran batalla contra el mensajero. Aprovechando la situación, el asesino se escapa. Kratos mata a Cérix y los soldados espartanos lo celebran, pero al observar el cuerpo del Dios muerto se da cuenta de que Zeus tomará medidas de este acto de rebeldía.

El nuevo Dios de la Guerra

Ya como Dios de la Guerra, Kratos sufre una visión en la que su madre le exigía ayuda desde Atlantis. A pesar de los avisos de Atenea de que lo que vio era simplemente un sueño, Kratos dirige una flota a la ciudad. Allí se encuentra con su madre quien le revela la verdadera identidad de su padre y de su hermano Deimos, al hacer lo primero, Calisto, su madre, se convierte en un horripilante monstruo al que Kratos se ve obligado a matar. Junto con sus otras batallas en Atlantis genera la destrucción total de dicha ciudad, siendo expulsado a la Isla de Creta. Vuelve posteriormente a Esparta para poder llegar al Inframundo, donde encuentra a Deimos siendo torturado. Su hermano lo culpa de no haberlo defendido el día de su desaparición y lo enfrenta. La batalla es ganada por Deimos pero Tánatos interviene e intenta matarlo, a pesar de que Kratos llega a tiempo para evitarlo, el Dios de la Muerte termina asesinando a su hermano enfrente del Dios de la Guerra, quien enfurece totalmente y asesina a Tánatos. En su regreso, Atenea le revela que está listo para ser un Dios. Sin embargo, Kratos jura venganza de los Dioses.

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